miércoles, 4 de julio de 2007

Refunfuñando...

Llevo cerca de un mes intentando ‘volver a ser feliz’(metámosle drama al asunto), preguntándome una y otra vez de que manera reorganizo este bosquejo de vida, como si fuera uno de esos juegos que son una especie de rompecabezas atrapados en una caja, mueves los cuadraditos hasta que se forma el dibujito. Eso es todo lo que tengo que hacer con mi vida hasta que termine la carrera, buscar diferentes modos de hacer las mismas weas, la manera de crearme la ilusión de que el mono esta contento y satisfecho en su monótona postura. El problema es que se me terminó la creatividad.
¿Qué hago para remediar?… evado. Veo tele, vivo cada serie de TV como si fuera mi vida, hasta lloro como no soy capaz de llorar cuando lo necesito. Leo, pero cada vez menos, porque cada cierto rato eso que leo me hace pensar y no me gusta. Imagino, me creo verdaderas novelas y las repaso una y otra vez, pienso en cómo sería mi vida con plata, ingenuamente delegando mi problema a ese detalle.
Esta versión de mi me apesta. Ya no hago ejercicios, como con culpa, me culpo por no querer seguir estudiando, por querer mandar todo a la cresta. Son dos las razones que en este momento me mantienen en la Universidad: el miedo a las pocas oportunidades que podría llegar a tener si no tengo un título, traduciendo: cobardía y el respeto y agradecimiento que siento hacia todo lo que se han esforzado mis padres por tenerme aquí. Y esto es muy triste, pero es la cruda verdad. No es que no quiera estudiar antropología, lo que me tiene aburrida es la institución, da lo mismo la carrera y la universidad. Pasar 12 años en un colegio o escuela, haciendo nada más que recibir órdenes (porque no aprendí nada que justifique los 12 años perdidos) para pasar otros 5 en un lugar en donde se supone que el estudio obligatorio es menos terrible porque eso que estudias es lo que quieres ser el resto de tu vida… y uno es más maduro y toda esa mierda. Es más fácil estudiar, pero más difícil hacerse las ganas.
Por otro lado, si no tienes más que la plata para hacer lo justo, es decir, comer, sacar fotocopias, pagar cuentas y un arriendo… las oportunidades de sacudirse el cansancio y el aburrimiento son pocas. Ahora sólo se reducen a una que otra cita, y cómo las ganas de romances son mínimas, nada…es nada.
A mi me gusta reírme, no sentir la falta de oportunidades, enamorarme, y yo. En este momento soy incapaz de reír a carcajadas, a no ser que esté high, no pienso en nada más que no sea la universidad y los trabajos que no hago, me gustan todos y nadie en realidad, lo que me hace una chica de lo más ‘posmoderna’, me desespero a mi misma y por lo mismo ya no disfruto cosas que antes eran básicas para mi salud mental, como los domingos en cama, sin nada que hacer más que comer, escuchar música, ver tele y disfrutar un día sólo de yo y yo, y no lo disfruto porque como dice la canción “Every day is like Sunday” y por eso me voy donde mi abuela, porque escuchar como se gritan todo el día de un cuarto a otro, como pueden 3 televisiones sonar a todo volumen en diferentes canales al mismo tiempo, resulta mucho más agradable que escucharme a mi misma quejándome una y otra vez.

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