lunes, 7 de julio de 2008


Uf, fuerte esto de dejar virtualmente plasmados pensamientos que en algún momento van a pasar a formar esquemas casi obsoletos, quizás no tanto porque uno quiera, sino porque pasa nomás, y está bien que pase, así la vida nos recuerdo que hay que estar atentos, que estamos vivos. Bien por nosotros.

Estaba leyendo mi autobiografía y sentí una especie de nostalgia, como que estaba dejando atrás una etapa. Ya no soy tan ‘shora’, tan ‘suelta de cuerpo’ dirían los moralistas, pero de mente sigo igual, de pensamientos promiscuos, no me caso con nada, tengo deslices intelectuales (Harry Potter, lun.cl, y otros); y noooo, ya no salgo a bailar todos los fines de semana (creo que eso es lo único que realmente extraño), tampoco me duermo todos los días a las 4 de la mañana porque si, ni mis domingos son esos elogios al hedonismo y la barbarie. Ahora soy una mujer de familia, incluso en momentos parezco una dueña de casa, media julera (o fulera?)eso si, porque mis genes de princesa asoman constantemente (eufemismo de soy floja). Pero la verdad es que el cambio general de vida tiene más que ver con dejar de mirarse el ombligo y comenzar a mirar el del otro, lo que además de coincidir con el hecho de que te puedes convertir en una mejor persona, te genera una nueva perspectiva del origen, ya que no todos los ombligos tienen la misma forma.

Asi que aquí estoy, entrando al año de estar junto a una misma persona, por primera vez en mi vida. Quien sabe que sorpresas nos depara el destino, pero está siempre atento, expectante, ya que a la más mínima distracción se hace presente y ¡sas! nos despierta con alguna que otra revolcada de ola mal tomada. Pero, para desgracia de mis fans, estoy muy feliz. Y eso que pensé que no iba a pasarme pronto (esto de estar feliz con una sola persona me refiero, porque feliz he estado)… por eso hay que tener cuidado de lo que se dice, o de lo que se escribe en este caso, porque luego uno se enamora y la cosa no es tan simple, ¡¡¡no señor!!!

Porque yo me enamoré de un buen chico, que no cree en la poligamia/poliandria y cree en el compromiso y la fuerza de voluntad, entonces hay que dejar de lado ciertas mañas posmodernas y ponerse las pilas, que seres como él, para una chica como yo, no se encuentran todos los días, ni todos decenios.

A mi no se me ocurre pensar otro momento de mi vida en el que haya tenido que estar más conciente, porque hay que estar vivo para que la cosa no se vuelva plana, sobre todo cuando una es adicta a la novedad, hay que construir y deconstruir la rutina, hay que ser creativo, hay que ser sabio para que una relación se mantenga sana, uno siempre está buscando la excusa en que el otro es así y asá y resulta que uno es bien así y asá también, yo me he dado cuenta de eso en este año.

¿Y que le lleva esta vida? Un sin fin de aventuras, algunas menos emocionantes que otras (sobre todo cuando incluyen bolsas de supermercado y detergentes varios), momentos inolvidables a granel, dramas de ayer y hoy, siempre una oportunidad de parar y respirar hondo (sin tos esta vez) y seguir pa’rriba y pa’bajo la montaña rusa.

Cosas malas: que ya no tiengo donde meterme las mañas porque son rebeldes y se arrancan sin mi permiso, que después de un tiempo comienzo a dudar de mis encantos, que antes consistían en ‘hacerme’ la encantadora, que casi no puedo mentir(me), porque me pillan altiro, que tengo que comer rápido sino no alcanzo, que no puedo guardar chocolates por mucho tiempo porque ‘desaparecen’.

Cosas buenas: dosis infinitas de dormir cucharita love (algo invaluable en invierno), tener a quien dejarle mi comida cuando ya estoy que reviento, que cuando tengo pesadillas me agarro fuerte nomás y se me pasa el miedo, que ahora puedo bailar ‘chic to chic’ a domicilio, cualquier día, a cualquier hora. Eso es lindo. Nosotros, a pesar de todo, somos lindos.

jueves, 3 de julio de 2008


Aquí en Valpo es una costumbre sacar los trapitos al sol, como que la gente no siente mucho pudor al mostrarle sus prendas íntimas a toda la ciudad. Yo me hago un poco más la pudorosa, la cartuchona, así que por mientras cuelgo mis enaguas nomáh…

Estos nuevos sentimientos que me habitan no se pueden escribir sin que “suenen” cursis, pero quizás esa es mi verdadera yo, the real thing, una cosa media new age, media kitch, pero intentando darle estilo… por el momento llena de contradicciones, digo en lo humanamente hablando. Igual creo que cualquier cosa es mejor que ser posmoderna, pero por el momento creo que lo soy, o me acerco a eso, toda llena de ambiguedades… como much@s nomás.

Y bueno. Detuve la máquina que alimentaba la gula de mi neurosis. Ahora tengo el don del tiempo, puedo experimentar un lujo que aquel que tanto lujo desea no se puede dar: esperar, descansar, disfrutar. Osea, si logro aprender como.

¿Qué pasó?, pasó que mi objetivo cambió, no se si “tuvo” que cambiar (como para evitar que me tirara por el barranco o qué), pero el asunto es que cambió. ¿En qué sentido?, bueno en que ahora pretendo dedicar tiempo, esfuerzo y constancia en saber quien soy y cómo cresta me armo, esa maraña de ideales, espectativas, esperanzas, sueños y respectivas frustraciones, traumas, miedos (propios y heredados) y toda esa mierda con oro de la que me he construido, a ver si logro achuntarle mejor con las desiciones que tome de ahora en adelante.

Claro que por mientras estoy aquí, en cama, enfemmmah, con mi cuerpo agotado, mi mente a full identificando, nombrando, pero mi alma de pajarraca en paz.

Yo pensaba en que “ya a esta edad iba a ser alguien en la vida”; que a estas alturas iba a tener alguna “papa pelá”, que ya iba a “ser bailarina”, “ser antropóloga”, a ser astronauta, cantante, peluquera, modista, nana, puta, lo que sea ¡pero algo!, quizás mi error es que escogí las carreras menos profesionalísticas del mercado, sino quizás el dinerrro me tendría mas conforme. Quien sabe.

El cuento es que ahora que veo que “no tengo nada” (incluso creo que paradójicamente esta frase está bien dicha), miro pa’lao’ y en vez de sentirme “perdedora” (lo cual obviamente me he sentido, y no poca veces), casi que digo menos mal que estoy en esta, eso si que no bajo la mirada de la adolescente perpetua que me controlaba, sino desde quienquiera que sea yo ahora, porque esto es un “work in process (o progress)” my dear reader. ¿Porqué menos mal?, bueno... porque la página sigue aún en blanco, no he firmado contrato con nada, y por ahora mis responsabilidades no están con ninguna institucioncilla de medio pelo, ni mi tiempo gastandose sin ganas, ni mi vida va caminando sola, no la he cagado tanto aún, es decir, tengo posibilidades infinitas todavía.

Inhalo profundo, retengo un par de segundos, libero (toso).