jueves, 14 de mayo de 2009

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Llevo semanas inmóvil, miré para atrás y me convertí en una estatua de sal. Estoy sintiendo la vida en cada poro de mi cuerpo. En momentos aparece ese cliché de la cámara lenta, siento cómo mi mente se eleva y me angustio. Recurro a aferrarme de mi cuerpo, que parece ser lo más real que tengo, lo apreto, siento el aire que entra y luego cuando sale siento que me voy con él, luego el agua fría y la tranquilidad de vuelta. En momentos de ira aparece la lucidez, el sarcasmo, la distancia, la frialdad. Mejor me encierro en mi “cuarto propio” y leo, así mi mente se eleva de la mano de una ilusión que no es mía, que tiene comienzo y final, puedo descansar de mis propios sentimientos vistiéndome de algún personaje, y así logro que pasen las horas, en realidad los minutos.
Vivo como si fuera una niñita de postguerra, “alguien” dijo, luego se corrige, no es en la postguerra, es en la guerra en donde he vivido. Aprendí el significado de ominoso esta semana, porque esas son las situaciones que busco o me tocan, según ese mismo “alguien”. No sé si sentirme bien por ser “tan chora, por resistir tanto” o sentirme como una hormiguita más en este planeta, cargando un peso gigante hacia ningún lugar, todos cargamos peso, de eso estoy segura. La autolamentación era mi deporte favorito, pero al lado de este sentimiento parece una actitud completamente superficial. Me siento vulnerable, frágil, lábil. Nada tiene sentido, pienso cosas de colores y la realidad la veo en blanco y negro.
Está mi vida en fotos sobre la mesa y tengo que ordenar las vivencias, los personajes, dejar ir, renunciar, olvidar, mandar a la mierda. Y no veo gente, veo roles, y me veo en roles. No es como para llegar a pensar “quién soy”, pero entre tantos me canso, y siento que ningún rol “es para mí”, tampoco es que me crea “especial”… “especial” así como “lento”, puede ser. Me siento intentando cortar partes de mi cuerpo para luego volver a coserlas, una especie de Frankenstein, un monstro. Já… un monstruo que tiene corazón… jajaja. Ay!, auch! … eso siento.