martes, 9 de junio de 2009

Dolor/Amor



A nadie le gusta observar sus defectos reflejados en otra persona. Yo soy nadie. Yo soy espejo.
El dolor y el amor son una pareja compleja. Fueron mis padres, soy yo. Todos los matices por los que he vivido se desdibujan al pensar en estos dos momentos, y me parece que la vida es sólo eso. Dolor o amor.
Intentando buscar el origen del dolor pierdo el sentido y el amor. Intentando buscarle el sentido a mi dolor crezco y vuelvo a amar. Fácil. Lo complejo es que hay cierto disfrute del dolor, no un disfrute placentero, pero sí contemplativo. Una pausa. Un descanso obligatorio y necesario. Una toma de conciencia. Una claridad que no he sido capaz de descubrir en otro lugar. Necesito encontrar una sucursal, una fuente de crecimiento menos drástica, aunque sea más lenta, aunque sea menos efectiva, necesito reposar lo aprendido antes de seguir machacándome.
Hasta hoy pensé que una sucursal era un desvío, una evasión, pero no. He tenido la lucidez para comprender que ese espacio lo he tenido desde hace un rato. El problema es que estaba perdida en lo obvio, en el rol, en reproducir y quebrar, sin valorar la posibilidad de una nueva mirada de lo mismo.
Estando en pareja, en una relación que se prolonga en el futuro y que contiene el pasado, he encontrado la sucursal de la sabiduría. Mi reflejo en él y el suyo en mí. Pero no es mi persona la que se refleja, no son mis maneras, no escojo lo que proyecto como una simple queja. Reflejamos nuestras heridas. No es sencillo, no es tierno. Yo no veo lo que reflejo hasta que alguien contiene mi dolor y lo transforma en palabras, luego lo transformo en recuerdo, en pasado y entiendo como siempre lo he hecho presente y duele más aún. Cuando algo duele tanto uno no razona, la lógica se queda sin sentido y la violencia es una respuesta simple ante el dolor. El que no tiene la fuerza para aguantar agresiones sin sentido, el que no es capaz de ver en otro su propio reflejo, se va. Nosotros nos hemos quedado, aprendiendo a reflejar y contener, aún intentando que la violencia del defenderse ante la vida no se convierta en atentado individual, intentando entender que somos seres que dañan, se dañan; sanan y se sanan; y que estando solo, estando sola, el dolor es arrasador y hay veces en que no alcanza la vida para sanarse.

jueves, 14 de mayo de 2009

(...)

Llevo semanas inmóvil, miré para atrás y me convertí en una estatua de sal. Estoy sintiendo la vida en cada poro de mi cuerpo. En momentos aparece ese cliché de la cámara lenta, siento cómo mi mente se eleva y me angustio. Recurro a aferrarme de mi cuerpo, que parece ser lo más real que tengo, lo apreto, siento el aire que entra y luego cuando sale siento que me voy con él, luego el agua fría y la tranquilidad de vuelta. En momentos de ira aparece la lucidez, el sarcasmo, la distancia, la frialdad. Mejor me encierro en mi “cuarto propio” y leo, así mi mente se eleva de la mano de una ilusión que no es mía, que tiene comienzo y final, puedo descansar de mis propios sentimientos vistiéndome de algún personaje, y así logro que pasen las horas, en realidad los minutos.
Vivo como si fuera una niñita de postguerra, “alguien” dijo, luego se corrige, no es en la postguerra, es en la guerra en donde he vivido. Aprendí el significado de ominoso esta semana, porque esas son las situaciones que busco o me tocan, según ese mismo “alguien”. No sé si sentirme bien por ser “tan chora, por resistir tanto” o sentirme como una hormiguita más en este planeta, cargando un peso gigante hacia ningún lugar, todos cargamos peso, de eso estoy segura. La autolamentación era mi deporte favorito, pero al lado de este sentimiento parece una actitud completamente superficial. Me siento vulnerable, frágil, lábil. Nada tiene sentido, pienso cosas de colores y la realidad la veo en blanco y negro.
Está mi vida en fotos sobre la mesa y tengo que ordenar las vivencias, los personajes, dejar ir, renunciar, olvidar, mandar a la mierda. Y no veo gente, veo roles, y me veo en roles. No es como para llegar a pensar “quién soy”, pero entre tantos me canso, y siento que ningún rol “es para mí”, tampoco es que me crea “especial”… “especial” así como “lento”, puede ser. Me siento intentando cortar partes de mi cuerpo para luego volver a coserlas, una especie de Frankenstein, un monstro. Já… un monstruo que tiene corazón… jajaja. Ay!, auch! … eso siento.

lunes, 7 de julio de 2008


Uf, fuerte esto de dejar virtualmente plasmados pensamientos que en algún momento van a pasar a formar esquemas casi obsoletos, quizás no tanto porque uno quiera, sino porque pasa nomás, y está bien que pase, así la vida nos recuerdo que hay que estar atentos, que estamos vivos. Bien por nosotros.

Estaba leyendo mi autobiografía y sentí una especie de nostalgia, como que estaba dejando atrás una etapa. Ya no soy tan ‘shora’, tan ‘suelta de cuerpo’ dirían los moralistas, pero de mente sigo igual, de pensamientos promiscuos, no me caso con nada, tengo deslices intelectuales (Harry Potter, lun.cl, y otros); y noooo, ya no salgo a bailar todos los fines de semana (creo que eso es lo único que realmente extraño), tampoco me duermo todos los días a las 4 de la mañana porque si, ni mis domingos son esos elogios al hedonismo y la barbarie. Ahora soy una mujer de familia, incluso en momentos parezco una dueña de casa, media julera (o fulera?)eso si, porque mis genes de princesa asoman constantemente (eufemismo de soy floja). Pero la verdad es que el cambio general de vida tiene más que ver con dejar de mirarse el ombligo y comenzar a mirar el del otro, lo que además de coincidir con el hecho de que te puedes convertir en una mejor persona, te genera una nueva perspectiva del origen, ya que no todos los ombligos tienen la misma forma.

Asi que aquí estoy, entrando al año de estar junto a una misma persona, por primera vez en mi vida. Quien sabe que sorpresas nos depara el destino, pero está siempre atento, expectante, ya que a la más mínima distracción se hace presente y ¡sas! nos despierta con alguna que otra revolcada de ola mal tomada. Pero, para desgracia de mis fans, estoy muy feliz. Y eso que pensé que no iba a pasarme pronto (esto de estar feliz con una sola persona me refiero, porque feliz he estado)… por eso hay que tener cuidado de lo que se dice, o de lo que se escribe en este caso, porque luego uno se enamora y la cosa no es tan simple, ¡¡¡no señor!!!

Porque yo me enamoré de un buen chico, que no cree en la poligamia/poliandria y cree en el compromiso y la fuerza de voluntad, entonces hay que dejar de lado ciertas mañas posmodernas y ponerse las pilas, que seres como él, para una chica como yo, no se encuentran todos los días, ni todos decenios.

A mi no se me ocurre pensar otro momento de mi vida en el que haya tenido que estar más conciente, porque hay que estar vivo para que la cosa no se vuelva plana, sobre todo cuando una es adicta a la novedad, hay que construir y deconstruir la rutina, hay que ser creativo, hay que ser sabio para que una relación se mantenga sana, uno siempre está buscando la excusa en que el otro es así y asá y resulta que uno es bien así y asá también, yo me he dado cuenta de eso en este año.

¿Y que le lleva esta vida? Un sin fin de aventuras, algunas menos emocionantes que otras (sobre todo cuando incluyen bolsas de supermercado y detergentes varios), momentos inolvidables a granel, dramas de ayer y hoy, siempre una oportunidad de parar y respirar hondo (sin tos esta vez) y seguir pa’rriba y pa’bajo la montaña rusa.

Cosas malas: que ya no tiengo donde meterme las mañas porque son rebeldes y se arrancan sin mi permiso, que después de un tiempo comienzo a dudar de mis encantos, que antes consistían en ‘hacerme’ la encantadora, que casi no puedo mentir(me), porque me pillan altiro, que tengo que comer rápido sino no alcanzo, que no puedo guardar chocolates por mucho tiempo porque ‘desaparecen’.

Cosas buenas: dosis infinitas de dormir cucharita love (algo invaluable en invierno), tener a quien dejarle mi comida cuando ya estoy que reviento, que cuando tengo pesadillas me agarro fuerte nomás y se me pasa el miedo, que ahora puedo bailar ‘chic to chic’ a domicilio, cualquier día, a cualquier hora. Eso es lindo. Nosotros, a pesar de todo, somos lindos.

jueves, 3 de julio de 2008


Aquí en Valpo es una costumbre sacar los trapitos al sol, como que la gente no siente mucho pudor al mostrarle sus prendas íntimas a toda la ciudad. Yo me hago un poco más la pudorosa, la cartuchona, así que por mientras cuelgo mis enaguas nomáh…

Estos nuevos sentimientos que me habitan no se pueden escribir sin que “suenen” cursis, pero quizás esa es mi verdadera yo, the real thing, una cosa media new age, media kitch, pero intentando darle estilo… por el momento llena de contradicciones, digo en lo humanamente hablando. Igual creo que cualquier cosa es mejor que ser posmoderna, pero por el momento creo que lo soy, o me acerco a eso, toda llena de ambiguedades… como much@s nomás.

Y bueno. Detuve la máquina que alimentaba la gula de mi neurosis. Ahora tengo el don del tiempo, puedo experimentar un lujo que aquel que tanto lujo desea no se puede dar: esperar, descansar, disfrutar. Osea, si logro aprender como.

¿Qué pasó?, pasó que mi objetivo cambió, no se si “tuvo” que cambiar (como para evitar que me tirara por el barranco o qué), pero el asunto es que cambió. ¿En qué sentido?, bueno en que ahora pretendo dedicar tiempo, esfuerzo y constancia en saber quien soy y cómo cresta me armo, esa maraña de ideales, espectativas, esperanzas, sueños y respectivas frustraciones, traumas, miedos (propios y heredados) y toda esa mierda con oro de la que me he construido, a ver si logro achuntarle mejor con las desiciones que tome de ahora en adelante.

Claro que por mientras estoy aquí, en cama, enfemmmah, con mi cuerpo agotado, mi mente a full identificando, nombrando, pero mi alma de pajarraca en paz.

Yo pensaba en que “ya a esta edad iba a ser alguien en la vida”; que a estas alturas iba a tener alguna “papa pelá”, que ya iba a “ser bailarina”, “ser antropóloga”, a ser astronauta, cantante, peluquera, modista, nana, puta, lo que sea ¡pero algo!, quizás mi error es que escogí las carreras menos profesionalísticas del mercado, sino quizás el dinerrro me tendría mas conforme. Quien sabe.

El cuento es que ahora que veo que “no tengo nada” (incluso creo que paradójicamente esta frase está bien dicha), miro pa’lao’ y en vez de sentirme “perdedora” (lo cual obviamente me he sentido, y no poca veces), casi que digo menos mal que estoy en esta, eso si que no bajo la mirada de la adolescente perpetua que me controlaba, sino desde quienquiera que sea yo ahora, porque esto es un “work in process (o progress)” my dear reader. ¿Porqué menos mal?, bueno... porque la página sigue aún en blanco, no he firmado contrato con nada, y por ahora mis responsabilidades no están con ninguna institucioncilla de medio pelo, ni mi tiempo gastandose sin ganas, ni mi vida va caminando sola, no la he cagado tanto aún, es decir, tengo posibilidades infinitas todavía.

Inhalo profundo, retengo un par de segundos, libero (toso).

lunes, 16 de julio de 2007

Pare de sufrir


Weeee weee weee weee… ¿se acuerdan de cómo lloraba la chilindrina?...
Pues así estoy ahora, haciendo un berrinche porque no se me ocurre que inventar para llenar 10 páginas de mentiras dedicadas a Teoría Antropológica Norteamericana, o – mi - dios.
Tengo problemas con los términos medios, y me carga no saber si las weas que entrego para la U son malas enteras o más o menos malas… no soporto los 3 ó 4s ò 5s, me gusta el 1 porque tiene todo el estilo de asumir que una wea no te gustó, no te motivo o que te pasai por la raja el ramo. El problema es que ahora no puedo sacarme un 1 y no me gustan los 3,4 y 5. Entonces debo hacer algo bueno.
¿Alguien tiene la fórmula mágica para crear la ilusión de motivación?, porque ese es mi problema más grande. El motivarse no es un acto racional por lo tanto, por más que piense y piense, la teoría no me provoca nada. NADA!!!
Por lo menos mis compañeros tienen el plus de estar enamorados de Nina (profesora). Esa es buena motivación, pero ella no es mi tipo, aunque es muy linda y simpática… más encima me da un poco pena encontrar que su ramo es tan entretenido como mamarte un concierto de Celine Dion, porque ella es tan buena y compasiva con gente tan perversa como yo. No es justo con la pobre.
Como si no hubiera sido ya suficiente un semestre de clases (esta es una mentira, porque creo q no fui a mas de 4 clases) me tengo que motivar con cuática, porque son 10 páginas. 10 PÁGINAS!!!
Me pregunto si cuando yo sea profesora (porque en algún momento de mi vida voy a tener algo que enseñar) voy a encontrar la fórmula para hacer felices a alumnos como yo, porque los weones vivos, que saben mantenerse concentrados durante un tiempo mayor a mis 7 minutos exactos, están salvados, hay locos y locas que no les importa si la wea no les provoca, porque tienen el sentido del deber tan dentro suyo que sudan trabajos, que leen a tiempo aunque no les guste. Quizás es que no tienen vivencia de lo que significa querer hacer algo que provoque algún tipo de placer, lo hacen sólo porque deben. Los envidio, y no es ‘envidia de la buena’.
Es tal mi nivel de neurosis que he quedado afónica, lo que es una especie de sabiduría de la naturaleza, porque así dejo de contaminar el medio ambiente con mis chuchadas constantes. Aunque la ira en mi mirada que estoy trabajando es igual de fastidiosa.
Para mejorar mi motivación he decidido hacer algo que me enseñaron mis padres… me voy a dar premios (chantajes)… por ejemplo, si logro terminar el trabajo para hoy, mañana voy al cine. Si entrego el último trabajo que debo para el viernes, me lanzo a la vida y pierdo la conciencia por una semana entera. ¿Quién me acompaña?

miércoles, 4 de julio de 2007

Refunfuñando...

Llevo cerca de un mes intentando ‘volver a ser feliz’(metámosle drama al asunto), preguntándome una y otra vez de que manera reorganizo este bosquejo de vida, como si fuera uno de esos juegos que son una especie de rompecabezas atrapados en una caja, mueves los cuadraditos hasta que se forma el dibujito. Eso es todo lo que tengo que hacer con mi vida hasta que termine la carrera, buscar diferentes modos de hacer las mismas weas, la manera de crearme la ilusión de que el mono esta contento y satisfecho en su monótona postura. El problema es que se me terminó la creatividad.
¿Qué hago para remediar?… evado. Veo tele, vivo cada serie de TV como si fuera mi vida, hasta lloro como no soy capaz de llorar cuando lo necesito. Leo, pero cada vez menos, porque cada cierto rato eso que leo me hace pensar y no me gusta. Imagino, me creo verdaderas novelas y las repaso una y otra vez, pienso en cómo sería mi vida con plata, ingenuamente delegando mi problema a ese detalle.
Esta versión de mi me apesta. Ya no hago ejercicios, como con culpa, me culpo por no querer seguir estudiando, por querer mandar todo a la cresta. Son dos las razones que en este momento me mantienen en la Universidad: el miedo a las pocas oportunidades que podría llegar a tener si no tengo un título, traduciendo: cobardía y el respeto y agradecimiento que siento hacia todo lo que se han esforzado mis padres por tenerme aquí. Y esto es muy triste, pero es la cruda verdad. No es que no quiera estudiar antropología, lo que me tiene aburrida es la institución, da lo mismo la carrera y la universidad. Pasar 12 años en un colegio o escuela, haciendo nada más que recibir órdenes (porque no aprendí nada que justifique los 12 años perdidos) para pasar otros 5 en un lugar en donde se supone que el estudio obligatorio es menos terrible porque eso que estudias es lo que quieres ser el resto de tu vida… y uno es más maduro y toda esa mierda. Es más fácil estudiar, pero más difícil hacerse las ganas.
Por otro lado, si no tienes más que la plata para hacer lo justo, es decir, comer, sacar fotocopias, pagar cuentas y un arriendo… las oportunidades de sacudirse el cansancio y el aburrimiento son pocas. Ahora sólo se reducen a una que otra cita, y cómo las ganas de romances son mínimas, nada…es nada.
A mi me gusta reírme, no sentir la falta de oportunidades, enamorarme, y yo. En este momento soy incapaz de reír a carcajadas, a no ser que esté high, no pienso en nada más que no sea la universidad y los trabajos que no hago, me gustan todos y nadie en realidad, lo que me hace una chica de lo más ‘posmoderna’, me desespero a mi misma y por lo mismo ya no disfruto cosas que antes eran básicas para mi salud mental, como los domingos en cama, sin nada que hacer más que comer, escuchar música, ver tele y disfrutar un día sólo de yo y yo, y no lo disfruto porque como dice la canción “Every day is like Sunday” y por eso me voy donde mi abuela, porque escuchar como se gritan todo el día de un cuarto a otro, como pueden 3 televisiones sonar a todo volumen en diferentes canales al mismo tiempo, resulta mucho más agradable que escucharme a mi misma quejándome una y otra vez.

viernes, 22 de junio de 2007

'La' Valeria.

Mi vida es un desastre ameno, hace poco más de un mes vivo en una ‘casadepartamento’ típica de Valparaíso, tranquila, ladeada, sin mucho ruido, en pleno cerro Mariposa.
No me ha ocurrido nada tan terrible en la vida, supongo que si se sumaran los pequeños dramas por los que he pasado tendríamos unos cuantos capítulos de teleserie venezolana, pero (y aquí cito a chemañón) mi ‘optimismo resiliente’ me invita a no tomarme tan en serio, que si estoy como estoy nada pudo ser tan grave.
Mi teoría es que si hubiera tenido plata como para hacer aquello que me gusta, podría haber sido buena para algo. No me mal entiendan, pero me refiero a ser ‘buena’ con proyección a… porque no sólo quería ser buena, mi idea era ser buena joven, antes de los 25 y ya tengo 24 así que tengo que cambiar la idealización. Bueno, como no tengo plata tengo que ir a la Universidad (no serán de los ingenuos que se compran que la wea es un ‘privilegio, y si es así definamos privilegio también). Estudio una carrera súper ‘alternativa’, que no me apasiona, pero me entretiene y dentro del abanico de posibilidades de hacer de algo que me gusta un ‘cartón’ pensé que pajearse mentalmente era una buena opción así que terminé por quedarme en Antropología (‘oh! que linda carrera’ dirán aquellos que creen que es lo mismo que arqueología) y para hacerla peor en una universidad que te invita a crear universidad porque tienen puta idea de lo que es eso, en una ciudad de la que no tengo nada malo que decir porque amo Valparaíso. Debo aclarar que yo creí que en un comienzo danza era mi vida, pero la plata no me dio para la vida de bailarina en la Gran Capital, así que dejé de creer y me puse a pensar, haciendo burdamente de la danza un hobby, y eso es lo único que duele en mi vida, pero a parche curita nomah.
Nada me une a este mundillo intelectual, en el sentido de que no me creo el hoyo del queque, ni me siento un ser portador de un mensaje divino. ‘Ellos’, 'los otros' se creen la raja porque el ser antropólogo es como ser dios, y aunque lo nieguen clasifican a los locos como si fueran espectáculos de un circo, y como tienen este gran nombre creen que sus clasificaciones son más valiosas que las clasificaciones que hacemos en el pelambre cotidiano, pero según yo son la misma wea pero con palabras más complejas nomah.
Así que aquí estoy sin saber donde voy a terminar, pero tendrá que ser en algo más motivante que esto.
Que más les puedo contar de mi…
Tengo muy buenos amigos, son uno de mis mayores orgullos, porque no son pocos y son todos la raja.
En terrenos romanticones… pfff… ese es un tema complejo, soy incapaz de mantener relaciones serias, mi vida en el plano amoroso se parece más a un museo o a un cementerio (Q.E.P.D). Sufro por amor como quien sufre un resfriado, por ahí pasé una que otra bronconeumonia pero bien rara vez me tomo este tema muy en serio.
No creo en la monogamia (fidelidad que le llaman los cursis), si en la fuerza de voluntad y compromiso, pero aún así no es mi opción, creo que el amor va mucho más allá de cualquier tipo de institución y no tiene que ver con exclusividad ni pertenencia. Aún no he encontrado un hombre que me haga pensar en que vale la pena dejar el egoísmo de mi vida por compartir algo que sería más pulento, y que no asfixie, porque últimamente esa ha sido la tónica, el dar la lata no se vende por separado. Prefiero pensar en que voy a seguir ocupando la poca libertad que me queda y mis queridas neuronitas en hacer cosas más trascendentes que hacer de polola de alguien. Viva la independencia, la diversión, la compañía tranquila sin condiciones de por medio. Por eso es que no tengo ‘parejas estables’, pero respiro.
También les cuento que estoy media aburrida de mi vida lineal, que me he trabajado en cada mierda sólo para confirmar que lo mejor es no aspirar a nada más que el crecimiento espiritual porque ese no cuesta nada (aunque igual lo venden), ya que trabajando para empresas como LAN, restoranes cuiquillos y otros no tanto, mi calidad de vida no mejoraba, no me pagaban ‘tanto’ como para poder aspirar siquiera a ahorrar, y perdía gloriosos momentos de ‘pensamiento’ agotándome para que otro pelotudo se quedara con todo el esfuerzo de mi trabajo, la proletaria no me va. Y por lo mismo no sé que me depara el futuro, no tengo ni la más mínima esperanza de tener plata, para aspirar a una vida plena (que bajo mis parámetros incluye buena cama, comida rica y su buena peli de vez en cuando) hay que ser sacrificado, y yo no estoy ni ahí con la volá sacrificio, porque la he hecho y no me la compro, antes de trabajar como chino para poder estar ‘tranquilo’ a los 60 prefiero estar así como ahora. Sé que soy más feliz que cuando trabajaba.
Esta es mi autobiografía-pseudo declaración de principios. He dicho.